El bonsái rosa del desierto, es recomendado para quienes viven en zonas cálidas. Se trata de una especie capaz de crecer en los desiertos más áridos del norte de África. Se han encontrado rosas del desierto junto a grandes cañones del desierto del Sahara. Es considerada como una de las plantas más resistentes del planeta.
En muchas culturas de África, la rosa del desierto es considerada como una señal de amor y prosperidad, además de la promesa de que un oasis se encuentra cerca.
Se trata de un bonsái peculiar y fácil de cuidar: desprende un aroma agradable y elegante, su tronco es duro y resistente, casi no necesita abonado y sus raíces crecen con cierta fuerza.
- Origen: procedente del este África y sur de Arabia
- Nombre común: Rosa del desierto – Adenio
- Nombre científico: Adenium obesum
- Familia: Apocynaceae
Cuidados de bonsái rosa del desierto
- Ubicación: esta planta no aguanta para nada climas muy húmedos o muy fríos. En los meses fríos de inviernos, es recomendable guardarla en el interior de casa, debajo de la ventana que más horas de luz pueda ofrecerle. Si consideramos que no está recibiendo el número de horas de luz necesario, podemos hacer uso de una luz de crecimiento artificial.
- Temperatura: La rosa del desierto no tolera bien las temperaturas inferiores a los 10ºC y es capaz de soportar temperaturas de hasta 70ºC.
- Iluminación: pueden aguantar tanto largos periodos de sol como de luz artificial de crecimiento. Una exposición continua a luces blancas de farolas o flexos, pueden hacer que el bonsái rosa del desierto pierda el brillo de sus flores. Siempre que sea posible, debe recibir el máximo de horas de luz solar.
- Humedad: se trata de una especie poco exigente con el riego, no es necesario que presenten una humedad más de lo necesario, regarla una vez o dos a la semana le puede resultar suficiente para que pueda seguir creciendo.
- Sustrato: 70% akadama + 30% grava volcánica. El bonsái rosa del desierto es capaz de crecer en casi cualquier suelo, prefiriendo las tierras calizas o arenosas. Aunque se trata de una especie de raíces fuertes, debemos evitar los encharcamientos, el exceso de humedad no es su fuerte. Para evitar encharcamientos, es importante que el fondo de la maceta contenga un 30% (o incluso un 40%) de grava volcánica.
- Abono: el abonado del bonsái rosa del desierto debe efectuarse a principios de primavera y a principios de otoño, con un fertilizante líquido rico en potasio para favorecer la floración.
- Trasplantes: cada 2/3 años, en primavera antes de la floración.
- Alambrado: deberemos de realizarlo respetando los espacios de las ramas, es mi probable que se puedan ver sujetas las ramas que estarán apuntando hacia arriba, pueden llegar a ser algo duras, de igual manera tener cuidado
- Poda: permite poda durante todo el año, eliminando únicamente las ramas antiestéticas.
- Reproducción: aunque pueda presentar cierta complicación, permite la reproducción a partir de esquejes. Suele propagarse con mayor frecuencia a partir de semillas.
- Plagas y enfermedades: no se trata de un bonsái propenso a plagas o enfermedades. Aunque podría darse el caso de ser víctima de los mismos agresores que atacan a otras plantas de interior: pulgones y cochinillas. La mejor defensa, es proporcionarle un crecimiento fuerte, con buena ventilación. En caso de que aparezcan pulgones o cochinillas, con aplicar un poco de aceite de neem, bastaría.
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- El hábitat natural de la rosa del desierto son las estepas de Arabia y África.
- La exótica rosa del desierto florece sobre un tronco (caudex) curioso y suculento que almacena agua, y que la planta ha desarrollado para adaptarse a su hábitat natural. Al amigo de los bonsái le...
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