El bonsái mame es mayor que el bonsái shito (5 centímetros) pero no superan los 15 centímetros.
El termino mame proviene de Japón y significa “grano”. Son plantados en macetas de entre 5 y 7 centímetros (caben en la palma de la mano). El bonsái mame es el favorito de aquellos amantes de los bonsáis en miniatura (que paradoja una miniatura de un árbol en miniatura).
Aunque (como todos los árboles) son de exterior, es imprescindible mantenerlo en un entorno restringido, ya que son más delicados a las lluvias, los vientos fuertes, las heladas y los rayos de sol incidentes del verano. En verano es necesario regarlo varias veces al día.
El principal reto del bonsái mame es el alambrado y la poda. Debemos de utilizar siempre un alambre anodizado y tratarlo con paciencia. El principal error es querer tratar el tronco principal como si fuese una rama.
Los bonsáis mame suponen un desafío para la imaginación, ya que, en su tamaño limitado no caben muchas ramas y complica las posibilidades de crear espacios vacíos y espacios llenos. Requiere de una atención especial para conseguir su forma madura de árbol.
Para hacer de una semilla un bonsái mame, debemos elegir aquellos árboles que tengas hojas pequeñas.
Estos bonsáis no solo requieren de una gran paciencia, sino también de disciplina, ya que una vez alcanza la forma que deseamos, es complicado mantenerla, siendo necesario reestructurar las ramas e ir cortándolas por brotes nuevos para que no aparezcan grosores. A veces, es necesario deshacer parte del diseño y volver a darle forma.
Su tan complicado cuidado vale la pena cuando podemos contemplar la majestuosidad de la naturaleza en apenas la palma de una mano.
El bonsái mame presenta el tamaño ideal para aquellos que tenemos un espacio reducido para su cuidado y deseamos tener más de uno ya que en una misma fila de la ventana, del balcón o de la terraza podemos cuidar varios al mismo tiempo.
En las colecciones de bonsáis, los mames suelen situarse junto a un árbol mayor, para recalcar el contraste de su tamaño.