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Bonsái Ficus Religiosa

El bonsái Ficus Religiosa también conocido como La planta de BUDA, de ahí su nombre. En el budismo este bonsái es un árbol sagrado. Buda siempre meditaba al lado de un ficus religioso. Para el budismo este bonsái ayuda a luchar contra la tristeza y trae consigo felicidad y satisfacción personal.

Pertenece a la familia de las moráceas y es procedente de occidente.

También se le conoce con el nombre de higuera sagrada y con el nombre de higuera de las pagodas.

Bonsái Ficus Religiosa

Pueden ser de interior o de exterior.

Cuidados bonsái ficus religiosa

  • Iluminación: al igual que lo ficus necesitan una gran cantidad de horas de luz natural. Si la cuidamos en el interior de la casa, la pondremos al lado de la ventana. En caso de tenerla en el exterior, tenemos que tener cuidado con la luz directa de sol en épocas de mucho calor.

  • Temperatura: su temperatura ideal se encuentra es entre los 20/25 grados centígrados.

  • Humedad: necesita mucha humedad, especialmente en verano. Es aconsejable aplicarle agua con un pulverizador cuando haya poca humedad en el ambiente o cuando tengamos encendido el aire acondicionado o la calefacción.

  • Podado: antes de podar un bonsái ficus religiosa debemos hacerle un riego generoso e hidratar la planta lo máximo posible, y no debemos hacerlo en las horas de más calor del día. La poda se asemeja al resto de ficus, con ramas muy flexibles. En caso de heridas muy grandes podemos aplicarle una pasta selladora, que ayudará al bonsái a su pronta recuperación.

  • Defoliado: el defoliado para un ficus religioso debe hacerse una vez cada tres años, nunca más, ya que es un proceso que cansa mucho al árbol. Con un con el defoliado conseguimos que las ramas y el tronco ganen fuerza, además cuando vuelvan a brotar, aparecerá con más frondosidad.

  • Riego: Son unas plantas muy resistentes a las sequías, aun así, debemos procurar que no le falte nunca. Hay que regar el ficus religioso cada vez que el sustrato se encuentre escaso de agua, con abundante agua.

  • Abono: a diferencia de otros ficus, estos bonsáis requieren ser abonados con menos regularidad. En primavera, otoño e invierno, el bonsái ficus religiosa se abona una vez cada dos meses. Es en la estación de agosto, cuando debemos abonar el bonsái una vez al mes, lo cual le facilita la absorción de nutrientes y un mejor aprovechamiento del agua.

  • Sustrato: 100% akadama, o utilizar akadama mezclada con grava volcánica en un 70-30.

¿Cómo cuidar bonsái ficus religiosa?

  • Alambrar: el alambrado debemos hacerlo después del abonado y tras un riego generoso, y siempre durante la poda. Esto va a hacernos más fácil el poder moldear sus ramas y conseguir la forma que queramos darle. Tenemos que tener mucho cuidado con las ramas gruesas, es difícil girarla sin romperlas. Las ramas pequeñas son muy flexibles, pero las más robustas son difícil doblarlas sin romperlas.  Es conveniente cambiarle el alambre cada 6 semanas para evitar heridas.

  • Trasplante: el trasplante a este bonsái debe hacerse una vez cada dos años y justo antes del comienzo del calor. No vamos a abonar, ni a regar el ficus religiosa antes del trasplante, siempre después.

  • Plagas: a estos bonsáis le afectan las mismas plagas que a los ficus ginseng.

Si te preguntas porqué a mi ficus religiosa se le caen las hojas, déjame decirte que algún proceso que no estamos haciendo bien. Lo más seguro es que se deba al estrés de la planta, por un cambio brusco de condiciones ambientales o por falta de humedad, luz o nutrientes.

Mi recomendación sería, abonarla, hacerle un seguimiento de la humedad y dejarla en algún lugar donde reciba mucha luz natural (si hace mucha calor, que no le den los rayos del sol directamente).

Si aun así siguen cayéndosele las hojas, podemos hacerle un defoliado o cuidarla en un invernadero hasta que vuelva a estar bonita y saludable.

A veces, las condiciones de humedad, no son fáciles de conseguir, por ello es importante tener cerca un pulverizador.