El bonsái shakan o estilo inclinado presenta el tronco inclinado reconociendo la silueta de un triángulo, presentando la sensación de equilibrio a pesar de la inclinación. Para ello es necesario que su nebari sea más ancho que el tronco.
Es uno de los estilos donde la posición de la rama cobra mayor relevancia, debido a sus ángulos el bonsái transmitirá más o menos sensación de equilibrio, para ello las ramas que crecen hacia la inclinación son más cortas, las ramas más pesadas se sitúan en la parte externa.
Igual que en los dos anteriores estilos verticales, es importante la conicidad del tronco, siendo más ancho en la base y conforme asciende al ápice disminuye su grosor. El grosor de la base le otorga al bonsái la sensación de confianza y permite el equilibro del árbol.
El tronco puede ser recto o puede presentar curvas, dependiendo del diseño que se le quiera dar.
Cuando encontramos árboles en la naturaleza con esta inclinación, significa que ha crecido rodeado de unas condiciones hostiles que le han hecho doblarse.
Aunque su modelaje es sencillo y permite ser adaptado a casi todas las especies de árboles, el bonsái shakan no es un estilo muy popular entre los más aficionados al arte del bonsái.
El tronco debe nacer situado a un lado de la maceta (al sentido opuesto de donde presenta la inclinación).
La inclinación nace desde el suelo, no a mitad del tronco, y el ápice debe tener una inclinación hacia el lado contrario a la inclinación del tronco, para conseguir el efecto de balance.
Según la inclinación del bonsái podemos encontrar tres clasificaciones:
- Sho shakan: su inclinación es inferior a 25º
- Chu shakan: inclinación entre 25º y 45º
- Dai shakan: son casi horizontales, pero no llegan a ser semicascada.
Este estilo suele utilizarse principalmente en coníferas.
