El bonsái Carmona Microphylla es un bonsái de hojas perennes y uno de los bonsáis más comunes en interior.
También es conocido con el nombre de árbol de té de Fukien. Procedente de la China Meridional, aunque también es localizable en Japón y en Vietnam. Pertenece a la familia Boraginaceae.
Sus hojas brillantes en conjunto con sus flores blancas lo hacen un bonsái muy estético como decoración de centro de salón. Completa este contraste de colores con pequeños frutos rojos.
Cuidados bonsái Carmona
- Ubicación: en verano puede vivir en el exterior, pero debemos protegerlo del frío el resto del año. Aguanta muy mal las heladas. Su temperatura idea gira en torno a los 20ºC.
- Iluminación: aunque necesita muchas horas de luz, no debemos exponerlo a concentraciones de luz demasiado fuertes. Si vivimos en una zona con pocas horas de luz y temperaturas bajas, lo aconsejable para su supervivencia es una lámpara hortícola.
- Humedad: es un bonsái genera mucha humedad y del mismo modo que necesita mucha humedad. Aquí uno consejos:
- Tenerlo en una maceta que drene bien el agua durante el riego y el agua que expulse la quitamos para que no ahogue las raíces.
- Generarle suficiente humedad, colocarle un plato a doble altura lleno de agua (llenamos un plato de agua, colocamos algo que le genere una distancia el bonsái, un soporte, tacos de madera o algunas piedras y colocamos la maceta encima de este soporte, de modo que el agua no toca las raíces, pero le aporta humedad).
- Pulverizarle agua: una vez cada dos semanas (una vez cada semana en verano) le pulverizamos agua sobre sus hojas, para ayudarla a estar bien hidratada.
- Tenerlo en una maceta que drene bien el agua durante el riego y el agua que expulse la quitamos para que no ahogue las raíces.
- Riego: los riegos se deben hacer cuando tenga el sustrato semiseco o seco, pero es importante no dejar reposar el agua. Como ya hemos visto, debemos vaciarle el plato tras el riego
- Sustrato: el mejor sustrato para estos bonsáis sin duda es 100% akadama (aunque podemos utilizar akadama mezclada con grava volcánica en una proporción 70-30 o 80-20 para facilitarle el drenaje).
- Abonado: desde el inicio de la primera hasta finales de verano (evitando julio y agosto). El abono debe de ser de descomposición lenta y preferiblemente siempre orgánico. Durante el invierno, podemos abonar el bonsái Carmona una sola vez y en días no muy fríos.
- Alambrado: permite el alambrado durante todo el año, haciendo cambios cada 6-8 semanas, para que el alambre no se fusione con el árbol. Sus brotes jóvenes son muy flexibles, pero cuando empiezan a crecer se vuelven más rígidos, tenemos que tener cuidado,
- Trasplante: entre abril y mayo y una vez cada 3 años como máximo. Aprovecharemos el trasplante para podar las raíces en mal estado y las más débiles. Admite podas de raíces severas, hasta el 50%.
- Pinzado: queremos mantener su aspecto natural, para ello solo pinzaremos aquellos brotes que estropean su forma, los que se cruzan con otros y los que crecen en vertical.
- Podas: preferiblemente en septiembre y en marzo. Soporta podas muy drásticas sin problemas. Si nos hemos pasado y le hemos provocado una herida demasiado grande, podemos aplicarle pasta selladora para acelerar el proceso de curación.
- Defoliado: únicamente si el bonsái está sano, sino no. Una vez cada 3 años máximo y en primavera.
- Plagas: Se ve afectado por las mismas plagas que el bonsái olivo.
- Hongos: son un tipo de bonsái que generan mucha humedad, lo cual puede facilitar la aparición de hongos. Para prevenir su aparición, le aplicamos un poco de aceite de Neem cada semana.
En caso de que aparezcan: dejaremos el sustrato secar entre regado y regado, le aplicaremos un fungicida y si las condiciones climáticas acompañan, lo traspasaremos al exterior. En caso de no poder sacarlo al exterior, le quitaremos las condiciones que le ayudan a generar humedad que hemos descrito antes.
El bonsái Carmona es un bonsái digno de admiración por su contraste de colores, pero no es de los más fáciles de cuidar. Existen invernaderos para bonsáis que ayudan a mantenerlo en unas condiciones ambientales óptimas.
¡Mucha suerte con tu Carmona Microphylla!