Saltar al contenido

Bonsái Serissa Phoetida

El bonsai serissa o serissa phoetida, también es conocido con el nombre de “el árbol de las mil estrellas” debido a que en verano le comienzan a brotar decenas de florecitas blancas.

Pertenece a la familia de las Rubiaceae y tiene es originario del sudeste de Asia. Sus hojas son pequeñas y de un color verde oscuro. Su crecimiento es fácilmente controlable.

bonsái del arbol de las mil estrellas

 

Cuidados bonsái serissa

  • Ubicación: la mejor ubicación para ubicar un bonsái serissa es en una zona de exterior, pero debemos de protegerlo de las heladas y de las lluvias torrenciales (a temperaturas inferiores de los 10ºC le cuesta mantenerse). En caso de estar cuidándolo en interior, es un árbol que necesita muchas horas de luz: bajo la ventana que más hora de luz natural entre y lejos de calefactores y aires acondicionados. 

  • Iluminación: Directamente bajo los rayos del sol.

  • Riego: cuando el sustrato está semi seco, es decir, la primera capa del sustrato está seca, pero en el interior aún conserva un poco de humedad. Se le debe hacer el riego con una regadera para no estropear el sustrato ni sus raíces. La frecuencia de riego dependerá de la estación del año (cada 2-3 días en verano y cada 4-6 días en invierno) siempre evitando los encharcamientos. No es recomendable utilizar un pulverizados de agua para mojar sus hojas, a excepción de los meses más calurosos del verano, entonces sí podemos pulverizar un poco de agua sobre sus hojas.

  • Abono: de otoño a primavera (es decir, durante su etapa de crecimiento) y lo haremos una o dos veces al mes. Podemos utilizar el abono que más nos guste (evitando que contenga una concentración excesiva de Nitrógeno). Es un tipo de bonsái que requiere pequeñas cantidades de abono. Para cuidar estas cantidades es preferible el uso de abonos líquidos, utilizándolos en la proporción que indica el fabricante.

  • Sustrato: 100% akadama, aunque para favorecer el drenaje del bonsái podemos utilizar sustrato de akadama mezclado con un 30% de grava volcánica.

  • Poda: soporta fuertes podas. La mejor época para hacerle la poda de formación es a finales de invierno/ principios de primavera (cuando las temperaturas oscilan entre los 15 y los 20º C)

  • Alambrado: en primavera, tras la poda. Es un arbusto y como tal, sus ramas son muy flexibles.

  • Pinzado: todo el año, intentando evitar un pinzado agresivo cuando las temperaturas sean muy bajas. Siempre quitando las hojas amarillas y las hojas muertas para evitar la aparición de insectos y para favorecer el desarrollo del bonsái.

  • Defoliado: no recomendable, con la poda de mantenimiento es suficiente. En caso de querer practicarle una defoliación, una cada 3-4 años como máximo y de forma parcial.
  • Trasplante: una vez cada dos años y siempre en primavera cuando haya desaparecido el frío del invierno. Utilizamos el trasplante para hacerle una poda de mantenimiento en las raíces, eliminando aquellas raíces que están en mal estado y/o podridas. Debemos de cuidar la proporción raíces/ramas por razones obvias, a menos raíces menos capacidad de absorción y cuanto más ramas y hojas más agua necesitará. La proporción correcta debe ser entre 2 o 3 más volumen de ramas y hojas que de raíces.

  • Plagas: le afectan el pulgón y la araña roja. Para eliminar estas plagas utilizamos un poco de aceite de Neem diluido en agua y mezclado con jabón potásico, que actúa como insecticida natural.

 

[yasr_overall_rating size=»medium»]